Mi trabajo en Rastertech España.

     Desde el 20 de Septiembre del 2006 (más o menos) hasta el 19 de Septiembre del 2008, trabajé en Colmenar Viejo, Madrid, en Rastertech España como jefe de producto para TeraVial, aunque yo lo prefiero llamar el que empuja una piedra. Continuando una vieja herencia de Visual Basic, SourceSafe, MFC C++ y MS Access, lentamente comenzó una migración a Python, C++ más sano, C#, Subversion y servidores SQL.

     El software TeraVial es principalmente para un nicho de mercado muy concreto, la conservación de carreteras, y generalizando muy mucho, se podría decir que TeraVial es un software que pretende sustituir el papeleo de la gente que trabaja (mediante PDAs y generación automática de informes) además de ofrecer una visión gráfica y amigable de la gran cantidad de datos que una conservación puede acumular sobre sus carreteras o autopistas.

     Estuve en el cargo dos años, ya que fue el tiempo que solicitó Roberto Sala, director de la empresa. Al poco de un año ya veía que ese trabajo no era para mi, pero no me gusta romper las promesas. Las rompo como todo el mundo, pero mantener la permanencia en un trabajo no me parece nada difícil. Mi partida fue planificada con muchos meses de antelación para evitar cualquier posible problema.

     Aunque nunca he dejado un trabajo por una única razón, quizás la que más me afectaba era que al ser jefe dejaba de programar, y yo en el fondo soy un picateclas. Por muy bien que pueda negociar con clientes, dirigir un proyecto o hacer malabares mientras toco el violín, si no haces lo que te gusta, poco a poco en el fondo te mueres. Y además ahora que escribo esto, veo que eso que murió ya no volverá a crecer, proceso necesario para convertirme en un viejo cascarrabias.

     Me resulta difícil apreciar cuál sería mi mayor logro en esos dos años. A nivel de clientes quizás el conseguir que TeraVial consiguiese un contrato con la autopista M-50 de Irlanda, expandiendo el negocio al mercado internacional. Pero realmente de eso no sé, y sigo teniendo dudas sobre cualquier mérito posible. Lo que sí se es que en el desbarajuste tecnológico y social del equipo de desarrollo pude hacer que reinase un poquitín más la lógica y el buen hacer, hecho probado por la expansión del equipo y que éste pudiese seguir funcionando correctamente tras mi partida.

     Por raro que parezca no encuentro mejor placer que ver que me convierto en alguien prescindible. Significa que has hecho los cambios que tenías que hacer, pero que con tu partida no se desmoronan como un castillo de naipes. Bueno, quién sabe. Quizás ahora que ya no estoy piensa todo el mundo "Ah, qué bien que se largó ya ese tipo", pero al menos son demasiado educados como para no decírmelo. Deseo pensar que para la empresa he sido un escalón más para llegar a su destino.

     En cualquier caso, me sigo pasando de vez en cuando por ahí para intentar que mis ex-compañeros de trabajo vayan a comer conmigo al restaurante Kashiwa, lugar donde me pongo las botas (¿o debería decir sandalias?).